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USB-C y USB 3.1, conectividad en la era de la nube USB-C y USB 3.1, conectividad en la era de la nube
Un repaso por la tecnología de USB-C y USB 3.1 en el contexto del lanzamiento del nuevo Apple MacBook y la fiebre por el... USB-C y USB 3.1, conectividad en la era de la nube

Del MacBook presentado hace unos días por Apple se puede hablar mucho. Pero uno de los puntos más controvertidos ha sido el de su único puerto USB-C con tecnología USB 3.1. Una controversia en gran parte gratuita que resumiría en una sola: la de la no gratuidad del dongle multipuerto USB-C a HDMI/USB-A/USB-C de carga.

Apple USB-C dongle

Apple USB-C dongle

Que el nuevo MacBook no tenga más que una conexión USB no es una novedad. El Surface Pro de Microsoft, por ejemplo, tiene uno solo y no es un drama. Y no lo es, porque cuando un equipo portátil se usa en escenarios de movilidad, lo último que se quiere es ir cargando con accesorios, dispositivos externos y cables. Aunque es cierto que Surface Pro sí incorpora salida de vídeo miniDisplay Port y lector de tarjetas, así como un puerto cargador USB en el adaptador de corriente.

El detalle que diferencia al MacBook del Surface Pro es la integración de un conector de carga independiente del puerto USB en este último. Apple ha optado por integrar la carga del equipo en el conector USB-C, de modo que cuando esté conectado a la red eléctrica no podremos usar el puerto. Esta circunstancia quita un grado de libertad al usuario, que debiera ser restituido vendiendo el MacBook con un dongle que integrase al menos un puerto USB-C passthrough para carga y sendos puertos USB-A y USB-C para conectar dispositivos externos.

MacBook y su conector USB-C

MacBook y su conector USB-C

Desde luego que sería genial contar con puertos Thunderbolt, USB 3.0, HDMI, Ethernet, y muchos otros. Aunque solo sea «por si acaso«, pero entonces el MacBook sería otra cosa muy diferente al portátil que es. En Tecnología se puede imaginar todo, pero en la práctica hay que decidir qué añadir o qué dejar fuera del diseño. Apple ha querido meter MacOS X en el espacio que ocupa un iPad, tomando decisiones de diseño heredadas del mundo iPad, aplicadas al mundo de los portátiles. Una decisión atrevida, sobre todo porque en la práctica, lo que se puede hacer con iOS es diferente a lo que se puede hacer con MacOS X. Surface Pro 3 de Microsoft pesa 800 gramos, pero si le sumamos el teclado Type Cover 2, sube a más de 1 Kg. El MacBook pesa 900 gramos. Aunque para ser ecuánimes deberíamos sumar el peso del dongle multipuerto USB-C.

Las ventajas de USB-C y USB 3.1

La elección de USB-C como puerto de conexión es un paso hacia adelante en las tecnologías de conectividad. Aunque aquí hay que distinguir entre el conector propiamente dicho y la tecnología USB 3.1.

USB-C  no implica que estemos ante USB 3.1, ni USB 3.1 implica necesariamente que haya que usar un conector USB-C.

Es la tecnología USB 3.1 la que ha permitido reducir el número de puertos a uno, equiparando a los portátiles con los smartphones y tabletas en lo que a integración de carga y datos e un único puerto se refiere. No ha sido USB-C el ingrediente secreto de Apple, y de hecho equipos como el Lenovo Yoga 3 Pro incluyen un sistema de carga mediante un cable similar al USB, pero con una ligea variación en el cable que hace que no se puedan usar cables USB estándar. El cambio radica en la integración de algunos pines más para llevar la energía. Sin embargo, no estamos ante USB 3.1, y la energía que usa (2A, 20V) no se adapta a ninguno de los perfiles PD (Power Delivery) definidos como parte de los estándares para USB.

Lenovo Yoga 3 Pro

Lenovo Yoga 3 Pro

Lo que sí ha aprovechado Apple del conector USB-C es su carácter reversible y la adecuación al estándar PD 2.0 (Power Delivery 2.0) , unas características que resultan sumamente convenientes de cara a añadir grados de facilidad de uso en sus dispositivos, del mismo modo que sucede con Lightning para smartphones. Si veremos en algún momento iPhones o iPads con USB-C, es algo que no podemos prever, aunque no parece una idea demasiado descabellada de cara a seguir las políticas de estandarización que empiezan a exigirse desde organismos de regulación europeos o internacionales.

USB-3.1-Type-C

USB-3.1-Type-C

USB-C es el conector. Frente a previas generaciones de conectores como los de tipo A o los micro USB, añade su carácter reversible y un mayor número de pines. Así como nuevas características más o menos evidentes. Por ejemplo, la velocidad de 5 Gbps con un máximo de 10 Gbps no es tan relevante si pensamos que USB 3.0 ya alcanzaba los 5 Gbps. El nuevo MacBook, por ejemplo, se queda en 5 Gbps. Pero no todo son números. En el apartado de la codificación o la gestión de transferencias se han introducido mejoras sustanciales. Eso implica optimizaciones en el uso de recursos del sistema y una reducción del overhead tal y como han comprobado en Toms Hardware con pruebas de rendimiento de USB 3.1 para transferencia de datos.

El resumen de las características de USB 3.1 frente a USB 2.0 está aquí:, aunque no es tan relevante como las diferencias frente a USB 3.0

Tabla comparativa USB 3.1 vs USB 3.0

Tabla comparativa USB 3.1 vs USB 2.0

¿Una decisión óptima o fruto de un exceso de diseño?

Tras este somero repas técnico, la pregunta es si la decisión de Apple de reducir el número de conectores a uno tiene sentido o es fruto de un exceso de diseño. Tras evaluar las ventajas de USB 3.1, la respuesta es que migrar hacia esta tecnología es una decisión óptima. Y si añadimos la integración de la alimentación merced a la adopción de los perfiles Power Delivery hasta 100 W, estamos ante una solución elegante y funcional.

Perfiles de energía de USB

Perfiles de energía de USB (fuente Wikipedia)

El capítulo del número de puertos es otro. Lo ideal sería que hubiese más, como en el Chromebook Pixel anunciado recientemente por Google, con dos puertos USB-C además de alimentación y USB-A, y hasta ranura SD. Sin embargo, no podemos ignorar que arañar milímetros y gramos a un ordenador es un proceso exponencialmente complicado. Esto es, es relativamente fácil pasar de 1,8 Kg a 1,5 Kg. y de 1,5 Kg a 1,2 Kg, o de 2,5 cm de grosor a 2 cm. o de 2 cm a 1,8 cm. Pero llegar  a 900 gramos y 1,3 cm es una tarea que requiere dejar muchos elementos por el camino. Sin ir más lejos, por mucho que Apple presuma de batería, todo lo que ha podido conseguir son 39,7 Whr. Un logro, todo sea dicho, a la vista del grosor del equipo en su parte más fina, de solo 3,5 mm. Aunque por debajo de los 42 Whr de Surface Pro 3, por ejemplo.

Con estas imposiciones, el ahorro ya no es solo de espacio, sino de energía. Integrar más puertos supone integrar más controladores USB, por ejemplo. Y eso supone aumentar el consumo energético. USB 3.1 supone, además, reducir el uso de CPU en las transferencias de datos, lo cual también es crítico de cara a evitar que el Intel Core M del MacBook rinda por debajo de su máxima capacidad, que ya de por sí no es especialmente notable.

Microsoft Surface Pro 3

Microsoft Surface Pro 3

Por otro lado hay que recordar que Surface Pro 3, con menos de 1 cm de grosor, solo cuenta con un puerto USB, y la verdad es que no es un drama. La diferencia entre Surface Pro y Apple MacBook es que en el Surface Pro hay un conector de alimentación separado, así como una ranura microSD y una salida de vídeo miniDP. Dejando de lado la ranura microSD, en el Apple MacBook tener un único conector supone coartar algunos escenarios de uso, como cargar el portátil y acceder a una unidad externa o usar un monitor externo, por ejemplo. Desde esta perspectiva, lo que sería lógico es que el dongle adaptador de USB-C a USB-C passthrough para carga, HDMI y USB-A estuviera incluido junto con el equipo y no fuese un accesorio con un precio elevado. Es más, el dongle debería contemplar tanto USB-A como USB-C para datos de modo que se pudieran usar ambos tipos de dispositivos. mientras se carga.

No somos Apple, y los fabricantes tienen la potestad de diseñar y fabricar sus soluciones como crean conveniente, desde luego. Apartados como la relación calidad/rendimiento/precio, rendimiento o eficiencia de la batería no podemos contrastarlos hasta que se pruebe el equipo. De momento, que solo tenga un puerto USB-C es u efecto colateral de su diseño, un paso por delante en ligereza y tamaño frente a otras propuestas como Surface Pro 3. MacBook no es un iPad, pero Jonathan Ive parece haber asumido que algunos de los hábitos de uso de los iPad con iOS son extrapolables al mundo de los portátiles con MacOS. La clave será comprobar si en la práctica es así o por el contrario se limitará la funcionalidad de MacOS X sin tener a cambio la versatilidad de las apps de iOS.

La nube es la llave USB

La tendencia es la de usar la nube como lugar para almacenar y sincronizar documentos, imágenes y todo tipo de archivos, junto con el consumo de contenidos en streaming. En ambos casos, adoptar hábitos cloud supone reducir la necesidad de usar dispositivos de almacenamiento externos, o cuanto menos usarlos de forma esporádica. Y esta tendencia también puede estar detrás de las decisiones de diseño del MacBook. De igual modo que en su día se suprimió la unidad óptica, que a día de hoy apenas se usa y no supone una carencia relevante. En este apartado Apple debería ofrecer un servicio iCloud mejor que el que tiene ahora, aunque hay multitud de opciones como Box, Dropbox, OneDrive, Google Drive, Mega o Flickr entre otras.

En cualquier caso, USB 3.1 junto con USB-C forman un buen equipo de cara a optimizar el uso de dispositivos externos y racionalizar el cableado, consolidando las transferencias de datos con la gestión de la energía. Por ejemplo, no será necesario usar transformadores para los dispositivos externos aunque su consumo sea elevado. Y se evitará que los discos SSD de capacidades elevadas no se puedan usar como unidades externas al estar al límite del consumo permitido para USB 2.0 y 3.0. Y lo suyo es que los fabricantes de equipos y periféricos adopten USB-C y USB 3.1 lo antes posible.

Ya hay periféricos USB 3.1

Como apunte final, decir que desde placas base como la MSI x99 Gaming 9 ACK hasta discos externos como LaCie Porsche Design Mobile Drive o las llaves USB duales como la SanDisk Dual USB Drive Type C sin olvidar los cables adaptadores de Belkin, ya hay en el mercado periféricos, accesorios y dispositivos con el conector USB-C, aunque no siempre habrá detrás la tecnología USB 3.1. En cada caso habrá que leer las especificaciones. Sin USB 3.1, las ventajas de reducción del overhead, por ejemplo, dejarán de ser tales. Otro segmento de periféricos que se pueden beneficiar de USB-C y la integración de los perfiles Power Delivery es el de las baterías externas para dispositivos móviles y portátiles. Con un único cable será posible tener una batería de capacidad elevada para aumentar la autonomía de un portátil como el MacBook, o la de una tableta o un smartphone, sin tener problemas con el tipo de conector de alimentación del equipo como sucede ahora.

Manuel Arenas